Si en las dos primeras ya te hartaste de ver cabriolas en Tokyo se lleva el derrape. Tu pareja te agradecerá que no pienses en ella para acompañarte a verla.

★★☆☆☆ Mediocre

A todo gas 3: Tokyo race

Película ideal para llevar al cine a tu ligue de verano y que sepa de primeras que a tí, los films con contenido emocional y guión trabajado, ni fu ni fa. En los primeros diez minutos una rubia tetona se subasta entre su novio y el prota para quien gane una carrera callejera se quede con ella. Toma ya. Así, es tan fácil hacer crítica de esta película como decir que en el cine hay filas de butacas.

Sean es un chaval de instituto ( su interprete Lucas Black tiene 24 años…) que, tras meterse en un lío de carreras ilegales debe emprender viaje a Tokyo para vivir con su padre y evitar la cárcel. Allí conocero otro tipo de carreras de coches, bastante más peligrosas, donde la mafia nipona es la última en tener la palabra.

En españa se ha evitado traducir el título original, Tokyo Drift, ya que su sentido literal sería “Derrape de Tokyo”. En eso consiste la película, si en las dos primeras ya te hartaste de ver cabriolas e inyección nitrosa, en Tokyo se lleva el derrape, y esta tercera parte tiene una carrera entre el malo maloso y el bueno vandálico que es sólo derrapando en un parking. Una oda a la conducción segura.

No se si en Japón existe lo del carnet por puntos, pero sólo el protagonista ya debe 300 puntos antes de terminar la película. La gracia de la película consiste en realizar todas las infracciones de tráfico que se pueda, como si su comisión fuera sinónimo de “soy el más mejor”. Si el protagonista huye de los USA para evitar la cárcel, en Tokyo perpetra el doble de delitos, por lo que bien le haría falta una cárcel de esas en la que metieron a Claire Danes y Kate Beckinsale en otra película.

La debutante Nathalie Kelley es Neela, el bomboncito que se metera entre ojo y ojo al prota hasta que la consiga a base de carreritas y trompos. Normal, siendo la hermana del malo-mafioso, un licenciado en matemáticas no le va.

Fuera ironía, para ver esta película hay que ir en plan Homer Simpson: vacía el cerebro y coge una cerveza. La testosterona sale por todos lados, el guión es nulo, y machista es como una película de pajares-esteso, pero repito, se vacía el cerebro, se coge una cerveza, y es el peliculón de la semana.

Ha sido número 1 en el Box-Office Neanderthal. Tu novia-esposa-pareja te agradecerá que no pienses en ella para acompañarte a verla.
publicado por Bloody Will el 27 julio, 2006

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