Domino
Gracias a mis primos Luis y Alfonso de viajarfacil.com por invitarme al preestreno de la última del director Tony Scott, hermano de Ridley y autor o productor de siempre interesantes cintas de acción y éxito de los últimos tiempos. Suyas son entre otras Tristán e Isolda (2006), El Fuego de la Venganza (2004), Spy Game (2001), Fanatico (1996) o las magníficas Marea Roja (1995) o Top Gun (1986).Simplificando las cosas es sabido que en cine, o tienes una buena historia o puedes hacerla valer por la forma de contarla. El maestro Hitchcock era experto en ello, más interesado siempre en el cómo que en el qué. Un ejemplo, Psicosis. No hubiera pasado de mediocre una historia lineal de un esquizofrénico que se disfraza de su madre para asesinar clientes de su motel. Hitchcock la elevó a los altares por su forma de narrarla, ocultando detalles al público y resolviéndola al final.
Lo que no se puede hacer de ninguna forma es tener una trama compleja y andar a vueltas con el espectador. Si a esto unimos el peculiar estilo visual de Tony Scott (con movimientos rápidos, primeros planos, filtros, etc), una vez más, válidos como picante en historias pobres, sin ser este el caso, el resultado es que a mediados de la cinta tienes a más de media sala desconectada y sin verdadero interés por la resolución, ya que cualquier cosa es posible.
La verdadera protagonista es Keira Knightley, en un personaje demasiado chulo. Me atrevo a decir que el resto son secundarios, incluido Mickey Rourke, que luce igual de echo polvo y acabado que cuando lo vimos con gafas de sol en el programa de Isabel Gemio.
La peli tiene sus buenos golpes, como las teorías del mestizaje o la estelar aparición de 2 de los integrantes de la serie Sensación de VIvir haciendo de ellos mismos. El dominio visual de Scott (pobre montador) y la habilidad para meter la música es notable, pero a esta peli, pese a tener elementos interesantes, le sobra media hora y demasiados pequeños enredos secundarios que la estropean.