Corrupción en Miami no es el mejor trabajo de Michael Mann. A veces lenta, pero nunca aburrida para quien disfruta de historias de policías con gatillo fácil.

★★★☆☆ Buena

Corrupción en Miami

Hubiese preferido que Michael Mann, artífice de las magníficas Heat y Collateral, no se hubiese metido en este berenjenal. Empezar este
proyecto con la losa serie tv a la pantalla es mucho. Muchos prejuicios a la hora de comparar un producto de los 80 que tenía su gracia con un film de acción al puro estilo Mann, entendiendo dicho estilo como radicalmente distinto al espíritu de la serie.

Para entender lo que os digo, un apunte: la ciudad de Miami aparece en los primeros veinte minutos y los últimos veinte. Algo inusual si
hablamos de lo que es la esencia de la original Corrupción en Miami. Aquí no hay patinadoras rubias de día ni latinos en las playas
tostándose. La acción ocurre por la noche en la mayor parte de la película, y tampoco sirve para mostrar la vida nocturna de la ciudad.
Ponedle Corrupción en L.A. y queda igual.

Por ello, y tras unos primeros minutos escudriñando una comparación relativa con la serie, se termina uno por convencer que mejor lo
olvidas y que los nombres de los protas son así por cuestión de marketing. Vamos a ver una peli de acción de Michael Mann, y punto.

A partir de ahí, todo se ve mejor: la atmósfera de la película es tremenda, Mann maneja la cámara como si fuera un documentalista que
acompaña a esos policías que salen en televisión. Repite esa formula de Collateral que hacen tan trepidante la acción.

La trama es la básica de narcos-polis: Crockett y Rico se infiltraran como transportistas en una red de narcos colombianos para llegar hasta El hombre, que no permite muchos jueguecitos. Todo lo que os cuente de más solo serviría para destrozaros el ritmo del film.

Vale que el guión no es nada del otro mundo, pero la destreza de Mann con la luz y la cámara dan una dimensión diferente a lo que hubiese sido con otro director. Quizás le falta ese tipo de acción y ritmo que es inherente a los blockbusters de verano, pero no nos engañemos, esto no es un blockbuster. Esa es la losa a la que me refiero cuando se le pone un nombre archiconocido.

Colin Farrel tan inexpresivo como siempre. Tiene la misma cara que en S.W.A.T.. Sin duda las mejores frases se las ha llevado Jamie Foxx, y es el que más fuerza irradia de este dúo. Farrel no es mi actor favorito, y esta película no ha hecho lo suficiente como para cambiar mi opinión. Foxx no es que se salga tampoco, pero al menos se le ve mucho más involucrado y humano. Farrel parece que esta haciendo trabajitos de fontanería

Y que decir de Luis Tosar. Menuda cara de ca***, porque no tengo otro calificativo. Lo mejorcito del reparto, y no es por barrer para casa.
Este tío ha aprovechado la oportunidad de trabajar con Mann y hacerlo de forma espléndida, no como otros. De las chicas no hablo, porque no hay mucho. Con el calentito de Miami esperaba ver más carne, pero Mann no ha pensado lo mismo. Gong Li me parece demasiado fría para el papel, y cuando se junta con Farrel ya es el culmen de la era glacial.

Tan sólo me fastidia una cosa: como leches están tan forrados los polis de Miami. No sólo en esta película. Dos policías Rebeldes:
forrados. C.S.I. Miami: forrados. Crockett y Tubbs conducen por las calles de Miami un cochazo que ya lo quisiera la poli de mi barrio.
Tampoco hay tiempo para despeinarse ni mancharse. Los dos protagonistas llevan trajes que acaban impolutos hagan lo que hagan.
Esto si es Miami Vice.

En definitiva, y con un verano ya pasado que sólo nos ha dado disgustos, Corrupción en Miami no es el mejor trabajo de Michael
Mann. A veces lenta, pero nunca aburrida para quien disfruta de historias de policías con gatillo fácil
. Una renovación al recuerdo
que era la serie, donde lo único que queda es el nombre.
publicado por Yul B. el 8 septiembre, 2006

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