Transamerica
Luego de la expectativa causada por la excesiva demora en su estreno, Transamerica es un palo en la rueda de las buenas intenciones. Cualquiera que esté sugestionado y/o predispuesto a recomendarla o a reseñarla favorablemente va a encontrar la tarea un poco difícil. Es cierto que el personaje que interpreta Felicity Huffman es un desafío de creación. De ahí, asumo, que la exitosa y premiada protagonista de Desperate housewives lo haya elegido. Es más, viendo los créditos uno aprecia su mayor compromiso al leer que su marido (William Macy) es el productor de la historia.Así como muchas otras veces confesé que dejo pasar errores (u horrores) en pos de disfrutar la historia sin tanto criticismo, con Transamerica no fue tarea fácil. Mi visión “bondadosa” suele darse ante casos de un interés profundo en la historia más allá de cómo esté contada, o bien por sus entrañables personajes. En este caso no pude encontrar guiños en ninguna parte. Concluyendo en una road movie clásica con personajes bien profundos, geográficamente hablando, y grotescos en cuanto a su descripción.
Cuando a Bree (Huffman) una transexual a días de su deseado cambio de sexo la contacta desde la cárcel un hijo que desconocía, producto de una aventura en la universidad, la visita al quirófano se le complica. Su terapeuta le prohíbe operarse hasta que resuelva sus conflictos con la paternidad. Un largo camino hasta Los Angeles, diversos vericuetos en la ruta con visita a su familia incluída y la lógica fricción con un adolescente que desconoce la condición de Bree y su identidad.
Debo reconocer que si esta road movie hubiera sido filmada en cualquier otro lugar salvo Estados Unidos mi sensación al verla se hubiera aproximado más a los deseos del debutante director Duncan Tucker que a la exasperación que finalmente sentí. Quizás ya sea por haberlo visto demasiado o por cuestiones personales pero los lugares comunes y los desgastados estereotipos de tierra adentro de Estados Unidos lograron exasperarme.
Como muestra de estudio y caracterización de personaje, Transamerica es un producto recomendable para ver y sorprenderse con la pacatería con la que Felicity Huffman interpreta a Bree. Ya que a priori uno lo presupone opuesto. Ahora si pensabas verla porque la recomendó Catalina Dlugi y eso es más que suficiente entonces por favor no lo hagas: ¡Hay un desnudo frontal masculino! Sin ofender la inteligencia de nadie, me veo obligada a hacer esta aclaración dada la cantidad de expresiones de sorpresa y enfado que escuché en la sala. Mucho espectador desprevenido que al final no hace otra cosa que faltarnos el respeto al resto.