Y es que si por algo es memorable esta película, es por hacernos creer lo increíble, o al menos, llegar a entender los sentimientos que se intentan transmitir

★★★☆☆ Buena

King Kong

La mañana siguiente a la noche en la que El Retorno del Rey consiguió 11 Oscars, Peter Jackson ya estaba preparando la pre-producción de King Kong. La versión clásica de esta película fue vista por Jackson cuando tenía 8 años, y desde entonces quedó obsesionado con el tema. Una vez consiguió la fama (y el dinero) suficiente como para que la productora de turno le cediera todo cuanto quisiera, decidió hacer la película “a su manera” (cabe recordar que ya hace años, antes de la trilogía de El Señor de Los Anillos, el proyecto se inició pero acabó cancelado para frustración de Jackson).

El resultado fue nada más (y nada menos) que un auténtico derroche de técnica digital, una película considerablemente larga (rondando las 3 horas) en la que la acción y los sentimientos se mezclan quedando un producto, cuando menos, memorable.

El inicio del film se centra en contarnos cómo son los personajes que aparecen en la película. Estamos en Nueva York, en la época de la Gran Depresión, y nos encontramos con Ann Darrow (Naomi Watts), una actriz que se queda sin trabajo, a la que conoce por “casualidad” el cineasta Carl Denham (Jack Black), a quien los productores pretenden dejar sin continuar el rodaje de su película. Este le ofrece el papel de la actriz a Darrow después de que la inicial abandonara el proyecto, y ambos se embarcan, junto a Jack Driscol (Adrien Brody), que es el guionista de la película de Denham, otro actor y su equipo, en un viaje por el océano a una recóndita isla, que se sospecha inhabitada. Y todo esto, sin que lo sepa ninguno de los pasajeros del barco.

Al llegar a la isla, Darrow es secuestrada por unos indígenas, que la ofrecen como sacrificio a una criatura enorme, nuestro “querido” gorila Kong, sin duda, gran protagonista de la película. Todos deciden ir en busca de la señorita Darrow, especialmente Driscoll, con quien ha iniciado un romance. El problema es que nuestro Kong queda también enamorado de la señorita Darrow.

A primera vista el argumento nos resulta inverosímil, no obstante, Jackson consigue hacernoslo creer posible. El detalle con el que se ha hecho a Kong, una enorme bestia de más de 8 metros, es digno de alabanza. Los gestos, las miradas… consiguen hacernos poner, a medida que avanza la película, en la piel del gorila: nos hace creer (casi) que se trata de una persona.

La búsqueda de la señorita Darrow ocupa casi la mitad del film, y está llena de escenas de acción, que realmente llegan a ser pesadas, debido a la continua sucesión de bichos de todo tipo (desde ciempiés mutantes a dinosaurios, murciélagos o babosas enormes), y el poco tiempo al respiro que dejan. Se trata de peleas y más peleas de todo tipo entre Kong luchando por salvar a Darrow de las garras de los dinosaurios, o del resto de personajes contra insectos y demás animales de enormes proporciones. Sin duda, la película se podría haber hecho más corta no incluyendo estas escenas, que llegados a un punto solo consiguen cansar.

La interpretación de Naomi Watts está bastante acertada, aunque tampoco es extraordinaria. Jack Black, a pesar de ser conocido por papeles de comedias, logra meterse en el papel y cumplir su cometido como el avaro y egocéntrico cineasta que solo piensa en el dinero y en el éxito de su película. Adrien Brody también sale aprobado en su actuación, pero tampoco es que el papel diera para más lucimiento de este gran actor. Del resto de personajes no destaca ninguno por encima de otro, aunque merece mención especial la presencia de Jamie Bell (Jimmy en la película), actor recordado por ser el niño de “Billy Elliot”. El resto del reparto está compuesto por Thomas Kretschmann (Capitán Englehorn), Colin Hanks – hijo de Tom Hanks – (Preston), Kyle Chandler (Bruce Baxter) y Andy Serkis (quien ya hizo de Gollum en El Señor de los Anillos) “interpreta” de nuevo a Kong (además de al cocinero del barco).

La recreación de la Nueva York de la Gran Depresión es excelente, las escenas de acción estan muy logradas, aunque por momentos demasiada técnica de ordenador, como ya he dicho antes, cansa. La fotografía es muy buena (no podía ser menos habiéndose rodado la película en Nueva Zelanda) y los planos, y la manera de rodar recordarán mucho a El Señor de los Anillos, pues Peter Jackson ha conseguido ya poner su firma en la pantalla con sus “típicos” y magníficos desplazamientos de cámara. Y por si fuera poco, Jackson le añade unos toques de humor a la película, que lejos de quedar absurdos, o de sobrar, hacen más divertido su visionado.

Para el final he dejado a Kong, quien, como mencioné anteriormente, es el verdadero protagonista de la película. No han sido pocos los espectadores que al final del film han sentido pena y tristeza por el tan conocido desgraciado desenlace para el gorila. Al principio se nos muestra a la bestia, al animal, pero con el transcurso de la película, conseguimos (y la labor de Jackson tiene mucho que decir en eso) ver su lado más humano, sus sentimientos…y entenderlos, incluso ponernos en su lugar, y llegar a querer que sea él “quien se lleve a la chica”. Tal es el punto al que llega (repito, dentro de lo inverosímil de la historia), que hay varias escenas entre el propio Kong y Ann Darrow, de gran sentimiento…

Y es que si por algo es memorable esta película, es por hacernos creer lo increíble, o al menos, llegar a entender los sentimientos que se intentan transmitir. Y lograr esto en un animal que no es más que un gorila enorme, ha sido gracias a Peter Jackson.
Lo mejor: La calidad de la técnica digital.
Lo peor: Las escenas de acción pueden llegar a cansar.
publicado por Alberto Concepción el 21 septiembre, 2006

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