Un interesantísimo punto de partida, la descripción de un desolador futuro y un par de escenas impresionantemente rodadas es lo mejor de la peli. La historia y los personajes se van difumunando por el camino.

★★★☆☆ Buena

Hijos de los hombres

Tenemos que agradecer a Alfonso Cuarón el haber dirigido una de las mejores películas mexicanas de los últimos años (Y tu mamá también (2001)) y la entrega más oscura de las pelis de Harry Potter (Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2003)). Nos trae ahora una historia futurista que parte de una idea brutal: en el año 2027 muere la persona más joven del planeta, asesinado en un bar de Buenos Aires. Eso significa que por una razón desconocida y nunca explicada, hace 18 años que somos todos estériles. Paralelamente, o quizás a consecuencia directa de este advenimiento imparable del apocalipsis, el mundo es un caos. Particularmente en Londres, Inglaterra, donde la historia se desarrolla, el terrorismo campa a sus anchas, el control de la inmigración es total, e incluso se alienta a la colaboración ciudadana con todo tipo de anuncios, las sectas y grupos fanáticos salen como setas…, por el contrario el suicidio no sólo es legal sino que se comercializan kits para quitarse la vida.

Esta base argumental y la descripción de este terrible futuro es lo mejor de la peli, pero en cierto modo decepciona. Lo mejor porque da pie a una historia filosóficamente interesantísima, aunque se le podría haber sacado más jugo. Pero siendo una peli futurista hay pocos detalles que nos digan que estamos veinte años más adelante: no hay más y mejor tecnología, sólo unos cuantos anuncios más y la descripción de un mundo que va a la deriva. En realidad vemos el mundo actual, con los conflictos actuales situados en Londres en vez de en Bagdad. Es cierto que tiene su lógica, ya que al nacer el último niño en el 2009 todo se paraliza, pero de algún modo a mi me decepcionó.

La película tiene un par de piruetas técnicas que impresionan, aunque se podrían calificar de alarde visual vacuo, yo pienso que son destacables. Una es la persecución con el coche marcha atrás perseguidos por los motoristas grabada desde dentro del coche. Otra es la impresionante batalla final hecha en una sola toma (o así lo parece) con la cámara en mano. En estos dos momentos, y en algunos más, el director consigue que estemos inmersos completamente en la historia como si fuéramos un personaje más.

Pero a pesar de las implicaciones filosóficas de la historia y el alarde técnico de algunas escenas, hay algo de la película que no me acabó de llegar. Es como si todos los ingredientes estuvieran dispuestos para preparar un pastel que me tuviera que gustar mucho, pero al final falla algo y decepciona. Lo peor es que todavía no consigo explicar qué es. Quizá la historia en sí, que acaba siendo bastante simple, o los personajes, que no me interesan demasiado (ciertamente los dos más interesantes, y no voy a desvelar cuáles son, acaban siendo secundarios y salen bastante poco).

En fin, que nos quedamos con un interesantísimo punto de partida, la descripción de un desolador futuro y un par de escenas impresionantemente rodadas. La historia y los personajes se van difumunando por el camino.
publicado por Txapulin el 20 octubre, 2006

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