Otra de esas adaptaciones de películas de los años setenta que resulta ser peor que la original, con más medios pero con menos ideas.

★★☆☆☆ Mediocre

Wicker man

Siempre he pensado que junto al asesinato de Kennedy y la llegada del hombre a la luna, el tercer gran misterio del siglo veinte no fue otro que el hecho de que Nicolas Cage ganara un Óscar. Y es que no me canso de decir que nos encontramos ante uno de los actores con menos registros que uno pueda imaginar. Si ustedes capturan un fotograma de cada una de sus películas, difícilmente podrán diferenciar su expresión, ya se trate de comedia, acción, drama o misterio: siempre la misma cara. Y lo peor es que cuando intenta cambiar de registro, es aun más terrible, porque entonces lo único que hace es deformar extrañamente las cejas, arrugar la frente y adoptar una imagen histriónica que provoca vergüenza ajena.

Cuando ganó la devaluada estatuilla de la Academia (hoy en día probablemente influye más el dinero gastado en promoción que la calidad artística para conseguirla) con Leaving las Vegas, Mike Figgis, director de la película, debió de quedar tan asombrado que hasta el día de hoy, y ya han pasado once años, no ha vuelto a hacer nada que merezca excesivamente la pena. Quizás para no dejar demasiado en ridículo a Cage, el resto de los actores también realizan un trabajo bastante mediocre.

Para variar, The Wicker Man es otra de esas adaptaciones de películas de los años setenta que resulta ser peor que la original, con más medios pero con menos ideas. En este caso con ninguna porque es un calco de la primera. En mi opinión pretende ser una alegoría en la que se trata de hacer ver que un mundo dominado por mujeres sería igual de malo que el nuestro, porque la maldad no radica en el sexo de las personas, sino que habita en el poder, que nos corrompe. Los últimos veinticinco minutos son bastante entretenidos; el resto tan sólo soportables. Ustedes dirán.
publicado por Oscar Cantero el 24 octubre, 2006

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