Hijos de los hombres
Una grata sorpresa. Había leído que “Hijos de los hombres” prometía más de lo que daba y, sinceramente, esperaba algo más bien decepcionante -reconozco que los carteles me influyen-. Sin embargo, me encontré con una película bien hecha, emocionante y que contaba una historia muy interesante, aunque no fuese lo más original del mundo.En el año 2027, en un futuro que sufre las consecuencias de la contaminación y la violencia, Gran Bretaña se ha convertido en un Estado totalitario y extremadamente represivo en el que todos los inmigrantes son deportados. Hace 18 años que tuvo lugar el último nacimiento del mundo, y toda la población asiste con impotencia al final de la humanidad. En esas circunstancias, una mujer embarazada será un tesoro que todos querrán conseguir. Pues bien, a partir de este planteamiento, “Hijos de los hombres” narra el viaje de esta mujer hasta el lugar en el que podrá tener a su hijo a salvo y convertirse en la última esperanza de los seres humanos.
La película no tiene una estética futurista ni un desenlace rotundamente feliz. Por el contrario, resulta inquietantemente cercana y familiar. Por desgracia, se queda un poco coja en el retrato de los “malos”, que no deja claro por qué son tan malos y que son los típicos estereotipos que buscan a esta mujer como podrían estar persiguendo los documentos secretos del Pentágono o el microchip de la empresa misteriosa de turno. Para contrarrestar, cuenta con dos escenas espectaculares. Por un lado, una persecución rodada de manera impresionante (¿quién iba a decir que algo tan habitual como esto llegaría a llamarme la atención?) y, por el otro, unos minutos que, de alguna manera, resumen todo el film: el paso de la protagonista con su bebé recién nacido entre una multitud de personas que dejan de dispararse al oír el llanto para contemplar, mudos, a la criatura, y que continúan matándose inmediatamente después.
“Hijos de los hombres” no es una obra maestra ni inventa nada nuevo. Sin embargo, aún así es una película interesante y entretenida que merece la pena ver.