Y para más inri, si la encargada de transmitir dicho mensaje en una película es Nancy Meyers, conocida pastelera, el resultado final puede ser verdaderamente devastador. En su anterior trabajo, Cuando Menos te lo Esperas, demostró su habilidad para edulcorar una cinta que durante su primera hora era amena y en contadas ocasiones, divertida. Es improbable que tal vez, sólo tal vez, Jack Nicholson y Diane Keaton colaboraran en la potabilidad de la película. Pero volvamos a lo que ahora nos ocupa, a estas Vacaciones; Amanda (Cameron Diaz) e Iris (Kate Winslet) son dos mujeres que no tienen prácticamente nada en común, salvo que ambas han sufrido desengaños recientes en sus relaciones amorosas. A través de internet, deciden intercambiarse las vidas, tomándose unas merecidas vacaciones. La propuesta es bastante simple, como cabía esperar, el guión no hay por donde agarrarlo, carece de gracia alguna, lo cual tratándose de una comedia romántica no debería ser motivo de asombro. Los personajes son de encefalograma plano, por no hablar de las situaciones, tan previsibles como si el espectador tuviera una bola de cristal en sus manos. Por si fueran pocos los alicientes para echar a correr y no mirar hacia atrás, las más de dos horas de metraje son capaces de derribar al espectador más curtido en semejantes lides El colmo es todo lo que rodea al personaje de Elli Wallach, una verdadera subtrama de ayuda al prójimo y superación made in USA. Ante semejante panorama, nada pueden hacer Cameron Diaz y Kate Winslet, ausentes de principio a fin, ni un perdido Jude Law.
Pero hay que reconocer un punto a favor de Vacaciones. Ante la cercanía de los excesos alimenticios de las fiestas navideñas, aquellos que acudan al cine saldrán con las arterias tan dulcificadas, que el sólo hecho de ver unos turrones o mazapanes les provocará sudores fríos y unas impulsivas ganas de poner tierra de por medio.
Lo mejor: La recuperación de Elli Wallach.
Lo peor: No ser la excepción que confirme la regla de las comedias románticas/navideñas actuales.