La noche de los girasoles
La noche de los girasoles es una original historia de suspense rural ambientada en un pueblo tranquilo en el que parece que nunca pasa nada. Es el relato de una noche en la que la vida de unos personajes cambia por completo tras vivir una situación límite que los marca a todos de una manera u otra. Una película de intriga, de suspense policial a raíz de un asesinato en el que debido a una serie de casualidades se ven implicadas un grupo de personas desconocidas entre ellas.Pedro (Mariano Alameda) y Esteban (Carmelo Gómez) son dos espeleólogos que llegan a un pueblo de una zona de montaña para explorar una cueva. La novia de Esteban, Gabi, les acompaña hasta allí pero no entra con ellos y decide esperarlos en un paraje cercano, al pie de la montaña. Pero cuando los espeolólogos regresan, se encuentran a Gabi presa de un ataque de ansiedad. En cuanto tienen la oportunidad, los chicos deciden vengarse de la persona que ha atemorizado a Gabi pero erróneamente asesinan a otro individuo que tiene la mala fortuna de aparecer en el momento equivocado.
La historia se estructura en forma de puzzle en el que las piezas van encajando poco a poco a lo largo de la historia. Cada capítulo de la historia se encabeza por un rótulo que puede darnos pistas sobre sus protagonistas (el hombre del motel, los espeleólogos, el hombre del camino) y no sigue un orden lineal sino que el director juega a explicar la historia mediante saltos en el tiempo o flashbacks de manera que la historia se cuenta desde todos los puntos de vista de los distintos personajes. No obstante, a pesar de saber el final de algunas secuencias, el interés del espectador por saber cómo se desarrolla la historia permanece intacto. La trama está perfectamente explicada aunque deja algún cabo suelto.
El director sabe dosificar la tensión durante toda la historia aunque es a partir del punto de inflexión que supone el asesinato cuando el espectador no deja de sorprenderse y no deja de hacer cábalas sobre lo que va sucediendo. La escasez de luz ayuda a fomentar esa atmósfera intrigante, de manera que se consigue un ambiente en el que todo parece posible.
Aparte de una película de suspense, se trata de una drama de desarrollo de personajes e incluso de una historia costumbrista en la que se refleja la preocupación en los pueblos por su casi inevitable abandono. La ópera prima del español Jorge Sánchez-Cabezudo cuenta como protagonistas con Carmelo Gómez, Judith Diakhate, Celso Bugallo, Manuel Morón, Mariano Alameda y Vicente Romero. Las interpretaciones son destacables en su totalidad pero quizá el papel más inquietante lo encarna el jefe de policía (Celso Bugallo). El personaje del jefe de policía se encuentra en el dilema de elegir entre actuar según lo que le dicta su ética profesional o según sus propios intereses.
El cineasta explicó en una entrevista que le interesaba mucho profundizar en el desarrollo psicológico de los personajes: “son personajes corrientes enfrentados a situaciones extremas, y quizá uno de los grandes objetivos de la película sea precisamente el de plantear cómo esa gente corriente puede llegar a provocar una situación tan complicada y dramática; cuáles son las circunstancias, y los mecanismos psicológicos, personales y emocionales que les llevan a hacer lo que hacen y sobre todo a justificarse en sus acciones para seguir viviendo. No es una película de buenos y malos, es una película de personajes muy humanos”.
Una historia que nos hace reflexionar sobre las casualidades, sobre la mala suerte, sobre cómo te puede cambiar la vida en una sola noche y cómo la vida de muchas personas puede cambiar a raíz de una sola circunstancia o a raíz de la actuación de una sola persona. Una drama que deja un halo de tristeza, de fatalidad, porque lo que se narra desde la ficción puede acercarse mucho a nuestra realidad.
Lo mejor: El original montaje, la intriga, la temática y la interpretación de Celso Bugallo.
Lo peor: La lentitud en la que se desarrolla el primer tercio de la historia.