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Debo admitir que Almodovar no es santo de mi devoción y que exceptuando “Hable con ella” la mayoría de las películas del director manchego me parecen “coñazos supinos”, cortadas (Casi siempre) por el mismo patrón, y donde la intensidad y el ritmo narrativo se acaba llevando siempre a las mismas cotas dramáticas que por H o por B apelan a lo mismo en cada una de las muestras de su cinematografía; sin embargo, y como ya me pasó con la penúltima película de Peeeedroooo, (Como dijo Pé, que en esta cinta se convierte en su actriz fetíche), me ha hechizado de principio a fin, y es que, muchos son los años de mi infancia los que he pasado en verano en casa de mi abuela (en un pueblecito de Toledo) y donde las costumbres, modus-operandi, y extraños comportamientos femeninos, tan bien sabe plasmar Almodovar en esta, su última película.Podría empezar a desvaratar en mil y una anécdotas, cosas que suceden en algunas escenas de la cinta y que me recuerdan a “mi pueblo”, pero no, no lo voy a hacer, solo destaco esos “besos de ametralladora” que da el personaje de Blanca Portillo a toda aquella que se le acerca y que bien me recuerdan a mis tías y a mi abuela.
Destacaría especialmente junto a Pé, (tremendamente atractiva en esta película), el papel de Carmen Maura y es que de principio a fin, consigue ponerte la carne de gallina, también Blanca Portillo, tal vez la más “cateta” de las mujeres que aparecen en pantalla, y es que “te crees” perfectamente su papel, Lola Dueñas (a la que ya intuí un brillante futuro en “Mar Adentro” de Amenabar) también lo hace bien, siendo esa tía despistada y curiosa que hay en toda familia, Johana Cobo bastante normalita, la verdad, tal vez en unos años y a base de papeles la criatura vaya madurando cinematográficamente.
En fin, gran película, buen trabajo de Pedro Almodovar y envidia enorme que me da en el visionado ver volver a Carmen como Madre, ¡Lo que daría yo por que volviera la mía de repente a casa!