Blood creature
La verdad es que no tenía demasiadas referencias del cine de terror filipino. Y cuando digo que no tenía demasiadas podría decir casi ninguna. Siempre había tenido la sensación de que debería de ser algo parecido al Neocelandés, con mucha víscera y casquería por doquier. El empujón definitivo para saciar esa curiosidad latente me la dio el ver el especial dedicado a él en esta web.Conseguí hacerme con una copia de Blood criature, que al parecer y según he leído de otros compañeros de esta misma sección, y otras informaciones que obtuve tras dedicar un rato a ello, es la que dio el pistoletazo de salida.
El hecho de que estuviese basada en un relato de H.G. Wells era en cierto modo una pequeña garantía de al menos cierta calidad en el guión. Y la verdad es que a pesar de todo me esperaba una especie de esperpento que luego no resultó ser tal. Teniendo en cuenta las limitaciones técnicas, económicas y de toda índole, Blood Criature resulta ser un producto bastante digno, siempre que se la juzgue con criterios “especiales” por decirlo de alguna forma. Después de un comienzo que puede tildarse de intenso, prosigue un desarrollo un tanto pesaroso que vuelve a revitalizarse con un final bastante movidito.
La verdad es que los, o mejor dicho el monstruo provoca hilaridad, pero como ya dije antes, hay que tener en cuenta las limitaciones de todo tipo de esta producción. La interpretación es casi lo de menos, porque la verdad es que tampoco hay demasiada complejidad en los personajes.
Eso sí, como dato curioso les diré que eché en falta la introducción en la que te avisan de que sonará una campanilla antes de las escenas bruscas para prevenir a los delicados de estómago, y que según veo en las críticas de otros compañeros y en algunas webs es un dato curioso de la película. Pero lo cierto es que en la versión que yo he visto no aparece.
En fin, que como experiencia no está mal del todo, pero la verdad es que tampoco es que esté deseando ahondar en este género. Aunque quien sabe, lo mismo veo dos o tres más y me acaba encandilando.
Lo mejor: El cambio de aires que supone enfrentarse a una película de este tipo.
Lo peor: La excesivas limitaciones de toda índole que sufren habitualmente estas producciones.