Una magistral película que sin duda se quedará dentro de mi memoria durante muchos años, por su originalidad.
¿Alguien sabía que Gabriel García Márquez tenía un hijo? Pues yo no. Se trata de Rodrigo García, director y escritor de las muy bien acogidas por la crítica Cosas que diría con sólo mirarla y Nueve vidas. La primera no la llegué a ver, aunque me hablaron muy bien de ella, y hoy, por suerte, he visto la segunda, que en mi opinión, es una de las mejores películas que he visto este año.
No sólo me ha parecido magistral por su guión, sino también por su estilo tan peculiar. Por gusto propio del director, cada capítulo está rodado en un mismo plano-secuencia, por lo que no sólo se hace más creíble, sino mucho más interesante e intrigante. Quizás no todas las historias sean igual de buenas, pero lo que está claro es que con ninguna de ellas pierdes el interés.
El segundo aspecto después del guión que nombraría sería el espectacular reparto donde la mayoría son actrices. Y es que cada una de ellas (y ellos) se mete tanto en su papel que a veces realmente te parece que es un video casero (con muy buena calidad, por cierto). Este reparto está compuesto por Kathy Baker, Amy Brenneman, Elpidia Carrillo, Glenn Close, Stephen Dillane, Dakota Fanning, William Fichtner, Lisa Gay Hamilton, Holly Hunter, Jason Isaacs, Joe Mantegna, Molly Parker, Sissy Spacek, Robin Wright Penn. Impresionados, ¿verdad?
Cada historia está llena de sensibilidad, realismo, dramatismo y melancolismo. No todas, pero muchas de ellas están entrecruzadas con pequeños personajes. Bueno, se podría decri que lo que Rodrigo García quiere es que te des cuenta que detrás de cada pequeña vida de un personaje, por muy secundario que sea, hay un montón de problemas, no sólo familiares, también personales, y en general, muy complicados. No se trata de una película sentimentaloide y lacrimógena (espérense a mi crítica de Word Trade Center). No, esta es una película lena de sentimientos, sí, pero reales. Me gusta tanto su ritmo como su intriga.
Como he dicho antes, cada capítulo está rodado en un sólo plano-secuencia, por lo que, como también he mencionado, el interés y la intriga son más intensos. Cada uno de ellos está perfectamente coordinado y estructurado. Uno nunca puede saber qué pasará dentro de un minuto (cada capítulo dura aproximadamente 12 mintuos). En algunos de ellos, incluso, el misterio provocan verdadero desconcierto (fíjense atentamente en el último, interpretado por unas espléndidas Glenn Close y Dakotta Fanning). Quizás, en mi opinión, los peores sean el primero y el de Kathy Baker y Joe Mantegna, por una parte por su falta de interés y por otra, por no tener un final tan interesante como todos los demás. Aunque no estoy diciendo que sean malos, simplemente, son correctos. Los otros, en cambio, magistrales.
Dentro de este apartado destacaría el trabajo de fotografía, que debe haber sido increíblemente difícil y laborioso. Por ejemplo, en el capítulo de la hija agobiada por sus padres (unos soberbios Sissy Spacek y Ian McShane), la fotografía es movida y el ambiente muy agobiante (atentos ese pasillo que tanto se repite). Otro de ellos, también excelentemente coseguido a nivel fotográfico, es el de Holly Hunter. Realmente no sabes cómo se las apañará el director para seguirlos sin cortar la secuencia y sin que se vean los micros ni nada. Y es que los protagonistas han de subir en un ascensor pequeñísimo, donde apenas pueden caber más de cinco personas.
En definitiva, una magistral película que sin duda se quedará dentro de mi memoria durante muchos años, por su originalidad. Esperemos que Rodrigo García ruede con más frecuéncia y toque otros temas que no sean de mujeres, no porque no sean interesantes, sino porque ya los ha profundizado tanto que dudo que pueda contarnos más de lo nos ha contado, o sea, todo. ¿Qué difícil debe ser contar la vida entera en nueve capítulos, no?