El señor de la guerra
El tema del tráfico de armas en los E.E.U.U. ha sido tratado muchas veces útlimamente en el cine. Pero lo que hace a estas películas no ser repetitivas y poco originales, yo creo que se debe a los directores. En El señor de la guerra, el que está detras de las cámaras no es Michael Moore, sino Andrew Niccol. La película me recuerda, por la forma en que cuenta la historia del protagonista, a la maravillosa Uno de los nuestros, aunque ambas son totalmente distintas respecto al tema que tratan.El señor de la guerra es una mezcla de documental, sátira y drama de acción que cuenta con un reparto que he de mencionar especialmente: Nicolas Cage (un gran actor, pero, como Michael Douglas, no ha sabido elegir bien muchas de sus películas), Jared Leto (joven pero siempre más que correcto en todos sus papeles secundarios), Ian Holm (espléndido y veterano actor, que lo recordaremos por su aparición en El señor de los anillos com Bilbo), y Ethan Hawke (un carismático y joven actor que siempre me ha encantado).
Respecto a la historia, ya sabéis que casi nunca cuento las sinospsis ya que prefiero, que si veis las películas, descubráis vosotros todo lo que os tienen que decir. Así que no añadiré mucha cosa más, excepto que me ha parecido realmente impresionante, pero quizás le sobre algun que otro toque “hollywoodense”. Podríamos añadir otros fallos como su excesiva duración, también. Creo que dos horas son demasiadas para contar lo que quiere contar Niccol. Sin embargo, el film es bueno y no tiene apenas bajones de guión.
Aspectos como la música (que se basa varias canciones bastante conocidas), la fotografía (que no es de lo más destacable, pero no está mal) y los estupendos títulos de crédito iniciales (¡atentos todo el rato a la bala!) hacen que esta impactante cinta, con un guión buenísimo, resulte más atractiva y personal.
Las tres estrellas y no cuatro las he puesto por una simple razón: la película, por muy buena que sea, no me ha gustado tanto como esperaba. Sí, buena sí, pero un pelo decepcionante.
Lo mejor: Ese toque de documental que le hace ser más independiente y a la vez provocadora.
Lo peor: Esa desilusión que me llevé al finalizar la película. No sé porqué, pero me la llevé.