La película se siente como si fuera de otra época porque juega con la ilusión de efectos ópticos, como deformaciones de lente y desenfoques, que le dan otra textura.

★★★☆☆ Buena

El ilusionista

La magia de Viena a principios del siglo diecinueve esta allí aunque sepas que fue filmada en Praga. La película se siente como si fuera de otra época porque juega con la ilusión de efectos ópticos, como deformaciones de lente y desenfoques, que le dan otra textura. Para los efectos especiales de los trucos de magia se uso la tecnología de la época. Podría decirse que es magia real, pero sabemos que es ilusión. Es más es cine, y por supuesto que también hay efectos digitales pero han sabido moderarse y crear un encanto.

Paul Giamatti es el inspector Ulm, el narrador de esta historia bastante convencional. Se obsesiona con Eisenheim, el ilusionista, y quiere descifrarlo. Ulm es hijo de un carnicero y amigo del príncipe. Eisenheim es hijo de un ebanista y la prometida del príncipe es su gran amor de la infancia. El príncipe tiene sus propios planes para destronar a su padre. Al usar la magia para desenmascarar su arrogancia se empiezan a despintar los límites entre el arte y la realidad.

Ed Norton interpreta a Eisenheim con su mirada golpeada que se hace cada vez más oscura. La magia empieza con radiantes naranjas y se va ensombreciendo hasta llegar a espectros del más allá. La música Phillip Glass subraya los tonos sombríos.

La película tiene resonancia aunque sea humilde. Combina elegantemente intriga, romance y magia entre humo y espejos. Esta basada en el relato corto de Steven Millhauser. Hasta la tipografía de los créditos finales es encantadora.
publicado por Ana el 13 enero, 2007

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