Un filme, en definitiva, que, aunque teniendo mucho que ofrecer (sobre todo en su trasfondo) no ha sido tratado, en mi opinión, del modo que debería haberlo sido. Se ha perdido, por tanto, la oportunidad de crear una muy buena película, creando, tan

★★★☆☆ Buena

Babel

¿En qué se basaban todas aquellas personas que anunciaban Babel como la mejor película del año? ¿Qué le ven que la hace tan maravillosa?
Preguntas como estas son las que me formulo tras acudir a verla y experimentar notoria sensación de desilusión.

La nueva película de Alejandro González Iñárritu ha supuesto, sin duda, uno de los retos cinematográficos más ambiciosos y difíciles del año (sin, por supuesto, desdeñar la dificultad de llevar el aroma al Cine por parte de Tykwer). Sin embargo, ha faltado materializar las ideas y pulir muchos matices del filme que, de haberlo hecho, sí lo habrían convertido en una gran película.

González Iñárritu (a partir de ahora y por pura vaguería, GI) no se ha conformado con trabajar la película a partir de historias conectadas mediante un nexo común de unión, sino que, además, ha pretendido que esas historias se desarrollasen en los lugares más dispares y distantes entre sí tanto geográfica como histórica, económica o culturalmente, siendo éste un importante añadido en el grado de dificultad de la realización y, sobre todo, de la compactación final del producto.

Dicho reto no ha sido, en mi opinión, superado, existiendo, por el contrario, forzadas situaciones de conexión que, quizá, con un poco más de habilidad técnico-creativa por parte de GI podrían haber sido solventadas. Por tanto, decir no cabe que no comparto la decisión de Cannes en la que han atribuído el galardón a la mejor dirección a GI.

Por otra parte, el reparto en general está a un nivel más que aceptable, dando Blanchett, sin embargo, la impresión de quedar en ocasiones rezagada, como si la cosa no fuese con ella. Es increíble, por otra parte, la discreta presencia de Brad Pitt; acostumbrado como está a ser la estrella de sus películas, queda aquí el protagonismo de su actuación nivelado (y, en ocasiones, superado) por el de otros actores de muchísimo menos renombre.

No discuto en ningún momento la originalidad de la empresa ni la dificultad de la misma, pero es considerablemente mejorable en numerosos aspectos como pueden ser la simplicidad (aparente o no) de los movimientos de cámara o la, también, vulgaridad (identificando como vulgar lo no extraordinario, es decir, sin las connotaciones negativas que esta palabra pueda contener) de su planificación y fotografía, sin aprovechar GI como habría podido el espectacular entorno en el que se enmarcan las historias.

La incomunicación, la soledad, el miedo y la tristeza son algunos de los no demasiado optimistas temas en torno a los que gira la película. Los personajes se hallan rodeados, en mayor o menor grado, por un aura de melancolía, también más o menos justificada, del que sólo podrían lograr salir a través del cariño; cariño éste que buscan donde no deberían, hallándose la solución, por el contrario, en su entorno inmediatamente más cercano.

La sociedad, superficial e impersonal hasta la saciedad (caso de los polis yankees y marroquíes o de las pseudohormiguitasmecanizadas niponas) no proporciona a los protagonistas el calor que anhelan, siendo, por el contrario, la causa de su destrucción.

Un filme, en definitiva, que, aunque teniendo mucho que ofrecer (sobre todo en su trasfondo) no ha sido tratado, en mi opinión, del modo que debería haberlo sido. Se ha perdido, por tanto, la oportunidad de crear una muy buena película, creando, tan sólo, un producto algo experimental e interesante.
publicado por el 16 enero, 2007
también incluída en el especial Cine de autor

Enviar comentario

muchocine 2005-2019 es una comunidad cinéfila perpetrada por Victor Trujillo y una larga lista de colaboradores y amantes del cine.