Bobby
Seguramente todos los presentes podríamos hablar con soltura acerca de la figura de John Fitzgerald Kennedy, sin embargo, es posible que tuviésemos más dudas si tuviéramos que hacer lo mismo con su hermano menor: Robert Francis Fitzgerald Kennedy.No se preocupen, si les ha entrado curiosidad por conocer más sobre este personaje histórico, pueden contar con la inestimable ayuda de veintidós personajes ficticios que nos presenterán a Bobby de una forma sutil e inteligente. No nos aburrirán con una biografía llena de datos y jeroglíficos; sus propias vidas, sus ideas y sentimientos girarán entorno al mensaje que el aspirante a presidente lanzó a la población norteamericana.
Es éste, sin duda, el mayor acierto del largometraje: llegar hasta lo más profundo de un individuo, lo que realmente forma su ser, sus ideas y sentimientos pero, además, todo ello transmitido a través de las historias íntimas de un grupo de personas que coinciden por diversos motivos en el hotel Ambassador. Y no se crean que son historias lejanas: amor, infidelidad, juventud, vejez, aspiraciones, decepciones; lo bueno y lo malo de la vida con un objetivo en común: tener ratos de felicidad.
Espectacular reparto actoral que no ha decepcionado a nadie, todos y repito, todos, están exquisitos y en su justa medida. Eso sí, les ayuda un guión sólido que viene aderezado con ingeniosos diálogos que nos harán disfrutar de ciento veinte minutos en los que podremos observar los cambios políticos que acontecieron en la sociedad norteamericana de los años sesenta. Todo esto se realizará de una forma ágil, dejando atrás barroquismos innecesarios, amigos siempre de la falta de creatividad. Quizás -y este es un apunte muy personal que no llega a la categoría de crítica- yo hubiese acortado el discurso final de Robert Kennedy y, de esta forma, se hubiera conseguido un resultado más conciso.
Nominada a dos globos de oro como mejor película y mejor canción original, finalmente no obtuvo ninguno; algo que aún no puedo enteder, sobre todo, en el primero de los casos ya que fue Babel la que obtuvo el galardón a la mejor película dramática, siendo ésta última un claro ejemplo de cómo contar una historia acerca de sentimientos de forma caótica y kafkiana, algo de lo que, afortunadamente, huye Bobby.